Su pasión por el fútbol es de toda la vida, desde cuando era apenas un chaval que perseguía a la pelota en un torneo amateur junto a sus amigos del pueblo. Con 18 años supo que era el momento de perseguir sus sueños, en ese camino la formación era indispensable. En las aulas de la INEF encontró su vocación, “Fue allí cuando empecé a tener ilusión por ser entrenador, y después cuando hice las prácticas de entrenamiento deportivo en la Escuela del Rayo fue aún más claro para mí, quería dedicarme a ser entrenador de fútbol”, recuerda Quejigo.

En 2016, debuta en la Liga Femenina de España, con apenas 28 años fue el entrenador más joven de la competición. Como entrenador se destaca por la mejora individual de sus dirigidas, aunque a la hora de desplegar una estrategia en la cancha prioriza también el juego colectivo. El análisis de sus adversarios semana a semana es la piedra angular en su metodología. Su estilo de trabajo apunta además a impulsar la competencia interna con el objetivo de mejorar el rendimiento de su plantilla. Se confiesa un apasionado del juego ofensivo, posicional y de los equipos verticales.